Todo empezó como la sombra de una sospecha. Hechos que me resultaban conocidos a pesar de no tener conciencia de haberlos vivido. Una pegajosa sensación de estar viviendo la existencia de otro, y que no me gustaba en absoluto.
Me despertaba angustiada por las noches y un escalofrío recorría mi cuerpo. Sudores fríos, palpitaciones, y por último, el insomnio.
Hasta que...
Son muchas las semanas, los días, las horas, los minutos.
Hoy ya son 10 semanas...
Perdona que te diga que hoy he venido a hablar sobre mí.
No sé si...