Ser cincuentona y estar al día de lo que pasa en las redes sociales es, en ocasiones, misión imposible. Cuando aprendes a manejar Instagram con un poco de soltura, te lanzan a la cara un nuevo reto: Clubhouse.
Acaba de aterrizar en España y ya son miles los usuarios que forman parte de ella. Y cómo no, ha llegado desde Estados Unidos.
A diferencia de las ya «architrilladas» Facebook, Twitter o Instagram, que se basan en el vídeo y las imágenes y en las que la gente mata por un Like, Retwit o un Guardar para más tarde (sí amiga, en Instagram el corazón ha dado paso al bolsillo).
Y con voz no me refiero a mensajes de audio, que esos también están llamados a pasar a mejor vida en breve, sino que se trata de conversaciones abiertas en grupos.
Quítate de la cabeza la imagen de un gallinero en el que todo el mundo habla a la vez y nadie se escucha. Te recuerdo que Clubhouse no es de origen español, así que está todo pensado desde la mentalidad americana donde las personas respetan el turno de palabra.
En cada sala hay uno o varios moderadores. Si quieres hablar, levantas educadamente la mano y te suben al estrado de los vocales o aquellos que tienen voz.
Parece un curso de debates de instituto, pero no te equivoques, es mucho más.
La pregunta correcta sería qué es lo que no vas a encontrar en Clubhouse.
Es más, hay tanto contenido que es inabarcable, al menos cuando eres principiante, como yo.
De hecho, para que no te consideren intruso o un mero cotilla, cuando estás dando tus primeros pasos por la aplicación, tu foto de perfil aparece con un gorrito de novato.
Personalmente creo que es un poco indigno, pero también te da un respiro para no parecer un cateto perdido en la gran ciudad.
Según me dijeron el otro día yo ya no tengo gorrito, pero me lo debo haber dejado en casa y no lo encuentro, porque sigo tan pez como el primer día.
¿No me digas que no mola? Y aparte de cafés, tés y roiboos sirven también cervezas y cócteles en función de la hora del día o de la noche.
Porque la gente no para de hablar.
Evidentemente, lo de las bebidas es virtual. Lo que significa tanta variedad en la carta de bebidas es que los temas de la cafetería varían según en qué momento entres.
Y la recomendación de los fundadores y moderadores es que, con tu gorro de principiante calado hasta las cejas, pases horas en la cafetería para aprender a moverte.
Cuando tengas callo en las orejas y te deshagas el gorro para ponerte una pamela elegante podrás abrir tu propia sala e invitar a tus seguidores a que escuchen lo que quieras decirles.
Y porque no hay más horas en el día, porque puedes estar las 24 horas escuchando temas interesantes.
Como llevo poco tiempo en Clubhouse no puedo decir que haya descubierto la finalidad de esta aplicación.
Estoy dentro porque soy una esnob y quería ser de las primeras personas en entrar. Dicen que quien da primero da dos veces, ¿no? Pues estoy dispuesta a golpear en estéreo. No digo más.
Yo me estaba planteando hace tiempo crear un podcast quincenal, pero ya no sé si me va a merecer la pena.
Ahora mismo, la única finalidad que le encuentro es la de pertenecer al grupo de los elegidos. Porque sí, toooodoooo el famoseo está dentro. Y los gurús de todas las categorías que puedas imaginar.
Hay que rebuscar en muchas salas para saber quién está entre bambalinas, y como yo me pierdo con mirarme, no me ha dado por vagar por los pasillos en busca de famosetes.
También Mark Zuckerberg está trasteando, así que mucho me temo que no tardará en hacer una oferta para adquirirla o creará una muy similar para acabar con ella. Así funciona él.
Si eres de los que la tecnología te importa menos que un pimiento, te diré que es el cofundador de PayPal y ahora es directivo de Tesla, esos coches que cuestan un riñón y parte del hígado pero que todo el mundo aspira a tener.
De españoles he coincidido en una sesión en la cafetería con Dani Mateo (el presentador de todos los programas de La Sexta) y creo que Gerard Piqué también anda enredando.
No le gusta quedarse fuera de juego.
Quería hacer cuchipandi con algunos escritores de éxito, porque dice el refrán que quien a buena sombra se arrima, buena sombra le cobija, pero no los he encontrado.
Llegará, espero. Siempre digo que todo llega. Supongo que será a su debido tiempo.
Pues, tal y como dije al principio, en esta red no hay un botón de “Me gusta” ni “Me disgusta”.
Por lo que he visto por el momento, te vas ganando la reputación poco a poco y basada en tu interacción.
Tienes que crear tu propia sala para poder tener voz ante los demás sin tiempo limitado.
Déjame que me de un par de putivueltas más y te podré contar detalles. Por el momento, creo que no lo saben ni los creadores.
¡Tsssshhhhh! Pisa el freno.
Si hasta ahora te estoy contando tantas maravillas de esta nueva app social está claro que tiene que haber alguna pega que ponerle.
O tal vez está en boca de todos porque lo que la hace diferente también la convierte en exclusiva. Porque en esta app no entra quien quiere sino quien puede.
¿Qué te parece?
Estoy segura de que te estás preguntando cómo sé tantas cosas. Pues porque, lo creas o no, soy una de las afortunadas que está dentro. Por primera vez en mi vida formo parte del grupo de los elegidos.
Fue a través de una loca de los unicornios SEO, Flor Terbeck, que me enteré de su existencia y como buena early adopter, o lo que es lo mismo, listilla en grado 1, entré pitando en el Apple Store y me descargué la aplicación.
Luego llegó mi salvador, el gran Roger Domingo y me abrió la puerta… Porque te recuerdo que tú solita no tienes la llave.
¡Gracias amigo!
Podemos decir que estamos ante la tormenta perfecta de la exclusividad y la envidia vecinal: no solo no entra cualquiera si no es invitado, sino que si no formas parte de los amigos de la manzana tampoco tienes la mínima oportunidad.
Para serte sincera, no tengo edad para andar haciendo el tonto como si fuera una admiradora de los Beattles. Yo siempre he sido mucho más de The Cure, así que lo más probable es que si no le saco todo el partido que promete, termine guardándola en el mismo cajón que las cajas de tampones sin usar. Lo que positivamente no se va a usar nunca más en la vida hay que aprender a desterrarlo de tu existencia.
Cuéntame si tú también estás dentro de Clubhouse. Para seguirte y que me sigas y sentir que no estoy sola en una sala enorme acompañada de un montón de gente.