7 grupos de Facebook de "Señoras que" que deberían resucitar
Foto de cabecera de Carme González
Vengo a solicitar el renacimiento de los grupos de Facebook que empezaban con el “señoras que”. Hay mucha tela que cortar en este traje.
No es momento de tirar de crítica social hacia los mayores, pero tengo miedo. Miedo porque yo también me hago mayor y el futuro no me parece nada halagüeño.
Sé que te estás preguntando por qué saco este tema diez años después de la desaparición de los perfiles de Señoras que en Facebook. Pues porque lo estoy viviendo en carne propia. Llevo una larga temporada conviviendo con mis padres, mi tía, las amistades de todos ellos, y estoy aprendiendo una barbaridad. Por poner unos pocos ejemplos, a continuación os dejo varias opciones de grupos que deberían resucitar:
- Señoras que cruzan por donde les sale del chirri (con muletas, andador, caderas recién operadas o carrito de la compra, por supuesto). En el 99.9% de las ocasiones lo hacen por el peor sitio y, por supuesto, pasando del paso de cebra que "paqué".
Y digo yo, ¿para qué legalizar la eutanasia si ya se encargan ellas de coger el camino más corto?
- Señoras que se cuelan en la caja del supermercado. Esa ancianita monísima que te mira con la cara de la abuela de Caperucita y te pide con ojos tiernos si puede pasar por delante que no lleva nada… encima. Porque luego te suelta el codazo entre las costillas y te cuela dos carros, el suyo y el de su nieta, llenos a reventar, en tus narices.
Gracias Carrefour por inventar la fila única y hacer nuestra vida más placentera y menos conflictiva.
- Señoras que solo ven Sálvame. A todas ellas les mueve el mismo motivo. Dicen que les entretiene ver las peleas ajenas y no verse salpicadas. Mediaset, como gran cadena comercial, ha hecho el Sálvame Macedonia, porque va desde el plátano al limón, pasando por la naranja. No me preguntes por la diferencia entre ellos, que, gracias a mis años, hoy en día, todavía no lo sé. Aunque debo confesar que estuve a punto de estar muy al día tras una semana de vacaciones con mi progenitora.
- Señoras que te cogen del brazo para caminar por la calle. ¿Por qué, Señor? ¿Por qué? ¡Con lo bien que se va suelta y libre por la vida! Si no necesitan ayuda para andar, no entiendo ese gusto por enhebrar su brazo en el tuyo. Y para rematar, quieren llevar la voz cantante en el baile. Son las dueñas del timón. Las reinas del cotarro. Tú vas por donde ellas dicen. Y no se hable más.
- Señoras que tienen diez perfiles de Facebook. Cada uno de ellos con una fecha de nacimiento. Y en cada perfil, rejuvenecen entre diez y veinte años. Empiezan como abuelas y terminan más jóvenes que sus propios nietos. Y, por supuesto, ellas no han sido. Es siempre el móvil, que hace cosas raras últimamente, o el ordenador, que “anda un poco escacharrado desde que lo tocó tu padre…”. ¡Me recuerdan tanto a mis hijos adolescentes echando balones fuera!
- Señoras que te llaman para preguntar recetas de cocina. Dicho así, alguien puede pensar que no es un delito querer ampliar la oferta gastronómica. ¡Por supuesto que no! El problema radica en que la receta era suya y ella te la enseñó a ti. Hecho que negará hasta los límites de lo racional. Aunque tengas prueba audiovisual de unas migas extremeñas que tú no harías jamás a riesgo de morir de acidez. Porque, estas señoras, nunca cocinaron semejante plato en su vida. ¡Y punto!
- Señoras que tienen los mejores hijos y nietos del mundo. ¡Esas madres y abuelas amantísimas que jamás retienen en la memoria las fechorías de sus retoños! Viven su irrealidad hasta las últimas consecuencias y terminan creyéndose lo que cuentan a sus amistades. Son, probablemente, el grupo más feliz. Y el más solitario. El resto de “señoras que” no las pueden ni ver. Por mentirosas.
Mi gran temor radica en saber en qué señora que me voy a transformar con los años, porque ya tengo todas las papeletas para tener una mala mezcla de todas.
¿Tienes catalogada a tu madre, tu tía, tu abuela o vecina en un grupo de “señoras que”? Comparte conmigo, imagínate que creamos tendencia…